Cuando se habla de reformas caseras generalmente nos suena a algo molesto y engorroso. De hecho, muchas veces las postponemos para postergar el momento de tener que enfrentarnos a ellas.
Sin embargo, no es tan fiero el león como lo pintan. Incluso, para algunas cosas, ni siquiera es necesaria obra. Después veremos un ejemplo.
Solo es cuestión de saber organizarse y mentalizarse de que es una circunstancia temporal. Sus resultados durarán durante mucho tiempo. Cuando veamos las cosas como las queríamos, veremos que merecía la pena.
Vamos a ver unos consejos para afrontar las reformas caseras:
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Consejos para afrontar las reformas caseras
Paciencia
Es clave. Para nosotros y para los profesionales que se harán cargo de nuestra obra.
Es aconsejable pactar de antemano con ellos el tiempo que aproximadamente tardará en acabarse para irnos concienciando.
Aunque debemos de ser flexibles ya que hay circunstancias que pueden hacer que se alargue. Por ejemplo un retraso en la llegada del material o algún imprevisto metereológico.
Visualizar el resultado final nos ayudará.
Sigue el proceso de cerca
Aunque hayamos dejado bien claro o documentado lo que queremos que se haga, eso no impide que algo se haya malinterpretado o que no nos hayamos expresado con la suficiente claridad. Nada como estar allí para dejar bien claro lo que queremos.
Contrata profesionales con buena reputación
Muchas veces, lo barato sale caro. Lo mejor es buscar profesionales con experiencia y prestigio. De lo contrario, podrían surgir problemas post-obra que saldrían más caros de solucionar que el dinero que podríamos ahorrarnos.
Y además hay reformas que ni siquiera resultan tan largas y engorrosas. Veamos un ejemplo:
Cambiar bañera por plato de ducha sin obra
Una forma de ahorro es Cambiar bañera por ducha sin obra. De entrada, el ahorro parece sencillo y claro; el gasto de agua se reducirá. También ganaremos tiempo, el baño lleva más tiempo de preparación. Darse una ducha es algo mucho más rápido y directo.
Y no termina ahí el ahorro: también ganaremos espacio. Dará una mayor sensación de amplitud al baño. Además del espacio para movernos o para incorporar otro mobiliario o adorno.
Al no tener desnivel, también son mucho más fáciles de limpiar y más cómodas. Con una buena superficie antideslizante son ideales para niños, personas mayores o con movilidad reducida.
Y no hace falta meternos en largas obras. Hay profesionales que hacen todo en un mismo día.
Además de su avalada experiencia y reputación, ofrecen una garantía de 10 años. Ellos mismos se encargarán de llevarse la bañera. En la misma página web podremos pedir un presupuesto a nuestra medida.
Y ya metidos en reformas, cambiar la encimera tradicional por una encimera silestone es una excelente opción.
Ventajas de las encimeras Silestone
A pesar de utilizarse desde hace años, las encimeras silestone son tendencia en la decoración de cocinas y baños.
Según muchos expertos su material es mucho mejor que el granito o el mármol. Son mucho más duraderas y resistentes. Es imposible que les quede mancha. Su superficie de cuarzo compacto impide que cualquier mancha penetre en la encimera, ello lo va a convertir también en algo mucho más sencillo de limpiar.
Una encimera de silestone es además ana encimera que si queremos nos durará toda la vida. Este tipo de producto también nos da la opción de elegir entre muchos colores, texturas y acabados. Más de cien podemos encontrar en el mercado. Por si fuera poco, la mayoría tienen protección antibacteriana.
También son ideales para baños, ya que no tienen juntas.
Sus precios suelen muy competitivos. Nosotros podemos recomendar, por ejemplo, https://www.marmolesvallejo.com/ una empresa que te asesora y cuida al máximo los detalles.